¿Existe Dios?,

¿vino Cristo a la tierra?

 

Son muchas las teorías y muchas las voces que a lo largo de la historia han tratado de demostrar la existencia de Dios y la venida de Cristo a la tierra, y aunque no es fácil de probar, algunos apelan a la fe.

Pero quienes no creen en esta supuesta existencia dicen ampararse en la razón para demostrar que es imposible que haya un ser superior, quien creara todas las cosas.

Sin embargo, estos dos mundos suelen unirse lo que crea aún más caos teórico.

La vida de Cristo es un hecho sobre el que se pronuncia tanto la historia "científica", como la "sagrada". Puede ocurrir que los datos o conocimientos de una de ellas parezcan incompatibles con lo que dice la otra respecto de lo mismo.

Suele ocurrir que uno de los modos de tener algo cierto, "disuelva" totalmente en su propia explicación al otro modo; por ejemplo, que un historiador científico diga que la divinidad de Cristo se puede explicar por factores políticos y culturales perfectamente determinables, lo que convierte a la historia sagrada en un capítulo de la historia científica.

Del mismo modo lo anterior puede aplicarse a la historia sagrada, lo que demuestra al punto que puede llegar la controversia entre la razón y la fe.

En virtud de esta fe, los cristianos señalan que la verdad revelada se encuentra en los "Libros Santos" (biblia), que fue escrita por Dios e interpretada por hombres inspirados por El.

Santo Tomás de Aquino fue el filósofo cristiano que trató de unir la fe u la razón. Señalaba que no se podía demostrar la existencia de Dios sólo por medio de la fe, ya que así se marginaba a todos quienes no la poseían.

Tomó como datos indesmentibles que todas las cosas son y que tienen movimiento, y que como nada tiene movimiento por sí misma, tiene que haber sido movido por otro ente que ya estaba en movimiento. Y este extremo motor, que puso en movimiento todas las cosas es Dios.

Descartes dudaba de todo para poder llegar a la verdad absoluta. Sin embargo, cree en ideas que son innatas, que estaban en nuestro cerebro antes de nacer, y por estar allí y darse cuenta de ellas deben ser verdaderas, y esas ideas, son las que se refieren a la existencia y funciones de Dios.

Sin embargo, la mayoría de estos filósofos y pensadores vieron mermar su trabajo debido a esta fe ciega en los dogmas religiosos y su no cuestionamiento, lo que los llevó a contradicciones desde el comienzo.

Esta fe ciega es perfectamente explicable por el poder de la iglesia en la era de la Edad Media, y quien se opusiera a ella moría por hereje ejecutado por la inquisición.

Pensadores ateos.

Nicolás Copérnico dijo que la Tierra no era el centro de la galaxia, sino que era el Sol quien ocupaba ese lugar. Murió por ello de la mano de la iglesia, quien sostenía que el hombre era el centro de la creación y por ende, del universo.

Galileo Galilei adoptó y comprobó matemáticamente la aseveración de Copérnico, pero cambio las órbitas de redondas a elipticas. Tuvo que retractarse para que la inquisición no lo condenara. Antes de fallecer dijo: "Y al final, todo muere".

Filósofos como Hegel y Nietsche también se pronuncian sobre la existencia de Dios y lo comparan con el motor de la naturaleza, el orden de las cosas o con el súperhombre que todos podríamos alcanzar si se dieran las condiciones para ello.

Científicos más recientes, de la mano del racionalismo niegan la existencia de Dios, e incluso, lo comprueban matemáticamente. Un ejemplo: Stephen Hawking.

¿Estuvo Jesucristo en la Tierra?

No son muchos los historiadores contemporáneos a Cristo que lo nombran. Algo raro, ya que si tuvo la importancia que las escrituras le asignan, debería haber sido la discusión de todos, al menos sus coterraneos.

El filósofo Filón de Alejandría (20 aC- 45dC) jamás menciona a Cristo. Justo de Tiberíades, autor de una crónica de los reyes judíos desde Moisés a Agripa II (hacia 100 dC), tampoco menciona a ningún Mesías.

El primer historiador en mencionarlo es Flavio Josefo (37-100 dC), pero al ver su vida uno se da cuenta de porqué lo hace.

Josefo fue una persona que desde niño estuvo ligado al cristianismo. Su familia era completamente religiosa y no hacía otra cosa sino escuchar hablar de Jesús y sus discípulos.

Sin embargo, Josefo, jamás vio o escucho a Cristo en persona, sino que sólo conoció el juicio que se le siguió a Santiago, uno de los apóstoles.

Los antiguos judios también hablan de Jesús, pero no de una manera condescendiente. Los libros Talmúdicos, por ejemplo, hablan de un mago hijo de una peinadora.

Otros filósofos de la época como Tácito y Suetonio también hablan de Cristo, pero nunca lo elevan a una categoría divina sino que solamente lo mencionan como el hombre que comenzó el cristianismo, una secta perseguida por la mayoría de los emperadores romanos, quienes creían en varios dioses.

Celso (hacia 178), Porfirio (hacia el 207), Hierocles (hacia el 303) también se dedican a desprestigiar la figura de este supuesto hechicero.

 

Los que hablan de Cristo

Los únicos textos que hablan de Jesucristo como verdadero dios son los textos religiosos, tanto cristianos como algunos árabes.

Los documentos cristianos que se refieren a la estadía de Cristo en la Tierra son los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Cartas y el Apocalipsis, cuya composición es posterior a la muerte de Jesús.

Los Evangelios, libros de mucha relevancia en la Biblia, fueron escritos por Mateo, Marcos, Juan y Lucas. Esencialmente todos dicen lo mismo sobre la vida del Nazareno, ya que se basaron en los mismos textos históricos y en el relato de Mateo, el más antiguo de todos.

El libro Hechos de los Apóstoles también fue escrito por Lucas y es una continuación de su evangelio. Se remite a la vida eclesial: Conversión, bautismo, comunidad, oración, predicación,etc.

Las Cartas son veintiuna y sus autores son Pablo, Pedro, Santiago, Judas y Juan. Buscan animar en la fe a las comunidades de la época.

El Apocalipsis es una carta pastoral para suscitar la esperanza en tiempos de prueba y persecución. Su estilo es confuso debido a la gran cantidad de simbolismos presentes en él.

¿A qué atenerse?

Como se mencionó anteriormente, sólo libros de carácter religioso son los que hablan de Jesucristo de la manera que lo conocemos hoy en día. Asi mismo, la existencia de Dios es un problema que se ha discutido por siglos y que ha llegado a tener ribetes de discución bizantina debido a que no se avanza en la búsqueda de la verdad. Hay una cuestión de fe e intereses encontrados que no lo permiten.

Sin embargo, la tecnología y los continuos descubrimientos científicos han demostrado que gran cantidad de supuestos y dogmas de la iglesia estaban equivocados, como la creación.

Así el espectro abarcable por la fe se restringe cada vez más y así son menos las pruebas para admitir la tutoría de un ser superior. Sólo el paso del tiempo y el progreso del hombre podrán sanjar algún día esta dura discución.

 

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